DESDE EL BALCON DE BEA ( Una mañana con NANO )
Como todas las mañanas al despertar salgo a mi balcón para darle los buenos días al brillo del mar, el siempre derrama sobre mí los primeros rayos de luz que la aurora nos da y la brisa me regala su frescura y lozanía que él solamente sabe darme.
A lo lejos veo a mi Amado paseando a Nano, es su mejor amigo, un perrito precioso, cariñoso y juguetón y en un impulso reflejo quise salir a su encuentro, pero Nano no me dió tiempo y vino hacia a mí para darme muchos besos como lo sabe hacer él, ladrando de alegría.
Mi Bello enamorado está siempre muy cerca de donde yo estoy y al verlo un calor interior corrió dentro de mí, sabíamos los dos que el desayuno sería exquisito y que despues nor iriamos a disfrutar de bellos abrazos, caricias y besos.
El Amanecer nos invitaba al amor y los susurros de las olas nos estremecieron invitándonos a hacer el amor a la orilla del mar, entre la espuma y su melodía marina.
Comenzaron las miradas los dibujos por el rostro y el borde de los labios húmedos y salados, sintiendo profundo nuestros cuerpos de arriba abajo sin todavía haber empezado a complacernos.
Nano siguió ladrando de alegría pues le gusta jugar entre las olas y la espuma al igual que su Amo.
Esta vez fue todo muy suave y bonito y no seguimos a nuestros impetuosos instintos y con muchos tiernos besos nos dirijimos a dar un paseo matutino y disfrutar del paisaje que nos ofreció nuestro Brillo del Mar y acompañados de Nano en nuestro paseo por la orilla el mar. Y así tomados de la mano, seguimos caminando mientras él nos marcaba con sus pequeñas huellas el camino de nuestra felicidad.
Beatriz
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